En su primer mensaje a los empleados de la tecnológica tras la adquisición, Musk ha admitido este jueves que no descarta la posibilidad de que la empresa caiga en quiebra. La red social ha quedado con una fuerte deuda tras el cierre de la operación y su liquidez se ha visto afectada por la retirada masiva de anunciantes , quienes desconfían en que la red social se mantenga como un espacio seguro, libre de mensajes de odio o de fake news , bajo la directriz del estadounidense

Menos de dos semanas han pasado desde que Elon Musk concretó la compra de Twitter. Pero lejos de calmar la incertidumbre que había rodeado a la red social desde que el magnate estadounidense lanzó la OPA el pasado abril, el futuro de la plataforma sigue en vilo a merced de las decisiones de su nuevo Chief Twit y su carácter impredecible.

En su primer mensaje a los empleados de la tecnológica tras la adquisición, Musk ha admitido este jueves que no descarta la posibilidad de que la empresa caiga en quiebra. La red social ha quedado con una fuerte deuda tras el cierre de la operación y su liquidez se ha visto afectada por la retirada masiva de anunciantes , quienes desconfían en que la red social se mantenga como un espacio seguro, libre de mensajes de odio o de fake news , bajo la directriz del estadounidense.

De hecho, Musk reconoció que vendió acciones de Tesla , rompiendo su promesa de no desprenderse de títulos del fabricante de automóviles eléctricos, para “salvar Twitter, pocos días después de hacerse con el control de la plataforma social.

Además, según Bloomberg, Musk ha adelantado algunas medidas de su reestructuración financiera para reducir costes en Twitter, entre ellas, se han eliminado los días de comidas gratis para los empleados y se suspenderá el teletrabajo. También ha insistido en la urgencia de poner en marcha su producto “Twitter Blue”, que permitirá a los usuarios mantener la marca para las cuentas verificadas pagando ocho dólares mensuales.

Más allá de la batalla financiera, el dueño de la red social tendrá que apagar fuegos también en la cúpula directiva. Musk expulsó a la mayor parte del equipo ejecutivo de Twitter tras la adquisicón, pero ahora se enfrenta a la renuncia de algunas figuras claves que habían quedado en la nueva configuración, como Yoel Roth y Robin Wheeler. De acuerdo con Bloomberg, ambos ejecutivos han presentado su dimisión este jueves.

Roth había asumido desde el cierre de la operación todos los esfuerzos por mantener la confianza y la seguridad de la red social, mientras que Wheeler, vicepresidente de ventas, había asumido la responsabilidad de supervisar las relaciones con los anunciantes para aliviar la desconfianza sobre la moderación de contenidos del nuevo Twitter.


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